Los orígenes de Maquiavelo

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«Mantened la concordia, enriqueced a los soldados y desdeñad a todos los demás»

Este fue el consejo de Lucio Septiminio Severo, emperador de Roma, a sus hijos y herederos, Caracalla y Geta, poco antes morir el 4 de Febrero del año 211, y podría haberlo suscrito el mismísimo Maquiavelo trece siglos después. Severo, antiguo legado en la provincia de Panonia, había disputado el poder y vencido a su predecesor Juliano; codicioso cónsul que había comprado literalmente el imperio mediante todo tipo de dádivas y a los temibles pretorianos asesinando al emperador Pertinax, el cual logró mantenerse solo ocho días en el trono. Eran tiempos de inestabilidad política y de ambición desmedida (acaso lo sea siempre). Tras el imponente periodo de Marco Aurelio, su hijo Cómodo había convertido el máximo honor y cargo del Imperio en una tribuna estrafalaria y ridícula llena de exhibicionismo cruel de agasajo al populacho. Pertinax, por su parte, fue un hombre sin duda notable, hijo de liberto, acaudalado y bien educado, fue maestro antes de alcanzar la prefectura de una cohorte auxiliar, hasta que sus hazañas militares le congraciaron con Marco Aurelio que lo nombró senador. El asesinato de Cómodo y el azar en un época convulsa hizo el resto. Pero la traición recelosa de sí misma no descansa y una semana tras su nombramiento ya estaba muerto.

Severo sin embargo fue más astuto, africano de Leptis Magna, actual Libia, venció a sus dos oponentes, Níger y Clodio Albino, en sendas guerras civiles, conquisto nuevas tierras para Roma y fundó una nueva provincia, Mesopotamia. El Arco de Severo aún se yergue en la ciudad de Roma, en el Foro. Su muerte no impidió una vez más un legado fratricida. Como decía C. S. Lewis, qué crueles eran estos romanos¡.

Pd.- Existe una inscripción romana que narra la carrera militar de un tal Marco Valerio Maximiliano; su valor y arrojo, «mató con sus propias manos a Valao, rey de los naristos» en las campañas contra los germanos en el Danubio motivo que Marco Aurelio lo nombrara jefe de varias legiones y finalmente senador. Es difícil no encontrar similitudes con Marco Valero Máximo de la película de Ridley Scot, «Gladiator», desconozco si aquél era hispano.

 

Ldo. Francisco Javier Alex Guzmán.

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